SI TÚ ME DICES VEN LO DEJO TODO…PERO DIME VEN. Una novela de Albert Espinosa
El verano es para las novelas. Hace unos meses una amiga me prestó Tiempo entre costuras de María Dueñas. No era verano todavía pero me supo a gloria. Ahora buscaba algo similar, le pregunté al bibliotecario- “Acaba de entrar esta, parece interesante”. Dijo- Una tarde y una mañana bajo el estupendo calor de julio, bajo el sonido de campanas que tocan cuartos, medias, horas, repetición, me llevó leerla y quedarme con la mirada fija en las puertas que atravesaron y los suelos que pisaron mis pies de adolescente, mirada fija y mente reflexiva dando vueltas a un mundo parado.
Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales…
…- Somos energía- me dijo mientras sostenía el saco inmóvil, esperando mi golpe-. Energía es lo que yo veo en todo este mundo.
“Energías que te permiten encontrar tus sendas.
“Yo busco energías. No me importa la edad, el sexo o el aspecto físico.
“Tras los cuerpos, tras las palabras, tras el amor, tras el deseo están esas energías poderosas.
“Somos cazadores de energías, Dani. Y haciendo deporte, estando en forma, consigues ser mejor cazador.
“Afina tu cuerpo y tus propias energías, así estarás encauzado para poder lograr las otras que necesitas.
“¿Sabes cuántas energías has de encontrar para completar tu vida?
“No entendía casi nada, pero negué con la cabeza. No deseaba que parase.
-Tan solo cuatro que te impacten. Es suficiente.
…………
Salí a la impresionante terraza y me fascinaron aquellas excelentes vistas que abarcaban casi toda la costa de Capri.
No me había percatado que al subir tantas cuestas nos habíamos situado en una elevación privilegiada.
A veces, en la vida pasa lo mismo: la dificultad de la pendiente te hace olvidar que no paras de progresar y subir.
..
…………
-Luego deberás volver. Pero lo importante es que durante tres noches pararemos el mundo.
-¿Pararemos el mundo?
Asintió.
-¿Nunca has parado el mundo?
-¿Qué es parar el mundo?
-Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir de él para mejorarte y mejorarlo. Para poder moverte y moverlo mejor.
“En ese tiempo debes intentar que nadie ni nada te cree problemas.
“Alimentarte de buena literatura, de buen cine y, sobre todo, de la conversación de una única persona que te inspire en este mundo. ¿Y sabes qué…?
-¿Qué? – dije emocionado y fascinado.
-Luego el mundo te premia. El universo conspira a favor de los que lo mueven. Y ésos son los que lo paran. ¿Tú quieres mover el mundo o que te mueva?
…………
Él se estaba yendo y yo estaba asustado y triste.
Le miré y de repente noté cómo llegaba a mi cuerpo una energía que me producía tranquilidad y felicidad.
Era como si su energía atravesase mi ser.
……………
Cogí el móvil y le escribí un mensaje a ella: “No puedo vivir sin ti ni sin él…”
Esperé la respuesta.
Casi tardó dos minutos. El sonido de entrada de mensaje coincidió con el amanecer; fue su banda sonora.
Ella respondió: “Sí que puedes…”
Sonreí. Volvía a nuestro código…
Sonreí y escribí la respuesta ansiada…
“Sí que puedo, pero no quiero…debes conocer el subterráneo de piedra donde se revelan perlas y diamantes y se construyen sacos con retazos de vida y también a una increíble mujer centenaria que opina que “Si tú me dices ven lo dejo todo…pero dime ven”.
Esa vez, la respuesta llegó casi al mismo tiempo que el envío. Justo noté un viento menorquín en mi rostro a la vez que el sonido del mensaje iluminaba la pantalla como un suspiro…
“Ven…Y voy.”
Mi vida volvía a girar…
Volvía a ser yo, el mundo había dejado de estar parado…
Era mitad de mes y lanatyrubika me pagó con un cheque de gran valor: la satisfacción de que el cambio a mejor se había puesto en marcha a unas escasas tres semanas del su incorporación al grupo. El 18 de febrero le dije “Gracias por tus palabras de ayer” pero ella quedó sorprendida “¿Qué es lo que dije?”. Señal de que eran sentidas y sinceras. Sus palabras fueron: “Yo ya voy por la página 197. ¿Qué libro me recomiendas para que empiece al terminar este? Me lo quiero comprar este fin de semana." Le dije: “Te lo puedo prestar, en cuanto lo devuelva Marilena”. “No”, me dijo, “yo prefiero comprarlos, quiero conservarlos para cuando sea mayor, nunca me había gustado la lectura, pero ahora, siento que me he enganchado y me gustaría tenerlos”.
